viernes, 1 de agosto de 2014

Caridad

Autor: Pedro Luis Raota

A la salida del hipermercado, donde comprado friskis para los gatos y whisky para mí, la niña, la niña, la pequeña mendiga portuguesa, con su carita malvada y adorable, con una muesca de sangre del ojo derecho, como otro tatuaje. Gigi no está allí para retratarla.

- ¿Cómo te llamas?
- Lourdes.

(Siendo portuguesa, parecería más sensato que se llamase Fátima: seguramente me está engañando, y hace bien.)

- ¿Cuántos años tienes?
- Ocho.

(No creo que llegue a siete.)

Pone una mano pequeña, sucia y limosnera. Le digo que ponga las dos y le vuelco en ellas toda la carga de monedas que llevo conmigo: monedas de cinco duros, plata y oros falsos. La pequeña mendiga portuguesa, Lourdes/Fátima, me mira con un asombro oscuro y claro que aún no ha llegado a reticencia, después de la sorpresa. Me voy antes de que llegue.

Francisco Umbral - La belleza convulsa


9 comentarios:

Juan Nadie dijo...

Algún día se le hará a Umbral la justicia que merece. Se conocen sus artículos, pero me temo que se conocen mucho menos sus libros de memorias literarias o sus novelas. Ahí está el verdadero Umbral.

Magnífica foto.

Sirgatopardo dijo...

Tengo que agradecerte tus recomendaciones al respecto.

Juan Nadie dijo...

¿Para qué están los amigos?

carlos perrotti dijo...

Qué bien le quedan Raota y esas atractivas esquivas líneas a Leonard Cohen...

Sirgatopardo dijo...

Raota ha sido uno de los grandes fotógrafos de la historia.

marian dijo...

Como ya habéis dicho casi todo, pues un recuerdo para las monjitas. No tengo ningún mal recuerdo de ellas, a pesar de sus cositas. Si eran más inocentes.

Sirgatopardo dijo...

Lo cierto es que las hay bien santas.

marian dijo...

Una buena película (con sus defectillos, que los tendrá) que recuerdo: Agnes de Dios. Verla en aquellos tiempos y con mi edad, fue toda una experiencia.

marian dijo...

Aunque Agnes, santa, santa, no resulto ser:)